Recuerdo el tiempo en que vencí el miedo a todo lo malo de este mundo; Conocía los riesgos del sufrimiento y el dolor; había vivido en mi propia piel el daño que provoca violencia, parálisis o huída.
Sin embargo, la gente no me creía y a veces hasta a mí me parecía ver una pequeña sombra en ese cielo azul claro de inmensa fuerza, de vacío de temores conseguido a base de absorber, gota a gota, la sangre de la herida que traemos desde el mismo nacimiento.
Ellos no me creían, pero así era. O al menos así lo sentía, que es lo importante para mi en los últimos tiempos.
Cuando llegaron rumores de los extraños seres del otro lado del bosque no los temí.
La gente del poblado rumiaba historias terribles, de magia infernal, de criaturas sin un átomo de bondad, de una raza cruel y sanguinaria que no dudaba en devorar a los más débiles de su propia especie.
Propuse ir con cautela, investigarlos, sacar a la luz todo ese misterio y prepararnos para cualquier circunstancia, pero todos estaban demasiado asustados. "Es un suicidio" decían.
Te hablé a ti, quien guardas muchos de mis secretos, te dije de escapar y desvelar la realidad de esa oscura y acechante amenaza. Me hubiera sobrado con tu compañía en esa salida hacia el peligro. Pero tú también tenías miedo y mis palabras no fueron suficientes para convencerte; yo sólo no pude. Me quedé.
Los rumores, temores y oscuridades fueron poco a poco haciendo mella en mi fortaleza hasta que ahora, todavía sin un ataque, un encuentro, una visión ni noticia alguna de esa maldita especie, yo, quien había desafiado y vencido al miedo... vuelvo a tenerlo.
Lovers in Japan (Coldplay)
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