Extiendo mi mano con la palma hacia arriba y puedo ver millones de líneas entrecruzadas.
Gobernadas por mi voluntad, comienzan a moverse y enseguida están danzando en espiral, elevándose y tomando forma de remolino tricolor que juguetea como si quisiera echar a volar.
Comienzan a formarse calles, edificios, ciudades, bosques, montes y ríos, y el pequeño mundo bailarín y brillante revolotea sin salirse de la frontera invisible que hay sobre mi mano derecha.
Puedo llevarte a cualquiera de esos lugares, donde verás las historias de quienes allí habitan y escucharás cómo cantan y lloran. Cada noche te contaré la historia de un nuevo personaje; Clara, la estudiante de medicina que quiso encontrar la pastilla única para curar todos los males; Pedro el tipo que nunca se equivocaba, y al final eso fue su mayor error; Artur, el emigrante que sabía todas las lenguas y escuchaba las voces de todos a la vez...
Con un giro de muñeca, esconderé el micro mundo y al instante, estaremos rodeados por él, ensanchado bajo mi voluntad hasta abarcar todo lo que ves, tocas y oyes.
Pero tú seguirás tan lejos, obligándome a inventar lo que no existía, no dejándome otra salida que multiplicar por mil lo que ahora tengo, y luego otra vez por mil y así cada noche, en una serie infinita, hasta que al final pueda volver a sentir otra vez lo mismo.
Así que, sea como sea, lo voy a conseguir, porque no hay nada que pueda detener mi obligación personal de ser feliz.
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2 comentarios:
Al final no te has animado a venir por aquí eh!!
Salir de "cuentas" y nacer al nuevo día, nadie lo hace mejor que tu magiagiajou
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