Hubble tenía razón. El universo se expande y no hay nada que pueda evitarlo. Esta idea ya venía incluida en mi programa de funciones habituales, lo malo es que acabo de sentirlo y sin necesidad de pulsar ninguna combinación de teclas en el órgano Penfield.
Y tú te preguntarás porqué voy a tener uno de estos cacharros. ¿Crees que soy un sintético? Digamos que he desarrollado una versión virtual e interna del órgano de sentidos y la he implantado en mi cerebro. Vale que no es lo mismo que usar el corazón, pero con el tiempo te llegas a acostumbrar, como a los tomates sin sabor del hiper o a respirar el aire viciado del centro.
Las galaxias se alejan con velocidad proporcional a la distancia que las separa. Y esto está bien expresado: la distancia separa literal y aspérgicamente.
Y si eso ocurre con los cúmulos gigantescos de estrellas, ¿cómo voy yo a intentar contradecir a Hubble evitando que tus recuerdos no se desvíen cada vez más hacia el rojo?
Tengo que modificar mi Penfield personal para que, de alguna manera, pueda comprender todo esto, o convencerme de que lo consigo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
"In the beginning there was nothing... which exploded"
Publicar un comentario