De crío tuve la maravillosa idea de que la vida debería transcurrir al revés, o mucho mejor: que cuando te haces viejo, justo antes de morir, tendrías que volver a rejuvenecer hasta llegar a ser un bebé.
Claro que con 5 años no me imaginaba que uno de mis directores favoritos iba a robarme la puta idea. Jódete, DavidFincher! en tu karma está grabado que me tienes que hacer un favor por quitarme mi genial idea. De hecho voy a patentar el resto de mis elocuentes ocurrencias infantiles. Fijo.
El Curioso Caso de Benjamin Button (David Fincher, 2008)
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1 comentario:
Jmmmm, yo tendría que pensarme seriamente si me gustaría vivir al revés. ¡Creo que no!
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