Si, hoy he tenido un susto con el coche. Un mercedes "pequeñito" me ha echado un pulso. Lo vi venir, pero tengo la norma de no ceder el paso a coches de lujo, menos si no dan el intermitente, y todavía menos si yo tengo preferencia y hacen lo que no deben como si fueran los putos amos de la carretera. Es cierto que no había excesivo peligro, porque íbamos despacio, pero te juro que el bichejo se puso tan cerca que vi la primera capa de átomos de su pintura gris metalizada. Nuestros retrovisores chocaron (su derecho y mi izquierdo, ¿porqué siempre sufre la izquierda?) y he de decir que aguanté mejor el impacto, ya que el suyo se dobló, pese a su tamaño irracionalmente, como si sintiera vergüenza por el comportamiento de su dueño. En ese microsegundo decidí que, de continuar el duelo, en cuestión de carrocerías, llevaba todas las de perder, así que... frenazo en seco y bocinazo.
El tipejo siguió su marcha como sin darle importancia, hasta que aceleré y me puse a su lado...
Puedes imaginarte el resto... jajaja Lo cierto es que este incidente no ayudó para nada a que mi día fuera bien: el jueves se ganó el primer puesto del peor día de la semana (y el peor del mes)
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