Te funciona, aunque cuando piensas en la distancia o las pendientes que consigues escalar vectorialmente, son captadas por tu consciencia remota, como si no fueras tú quien es capaz de completar esas vueltas perimetrales. Es como mirar en googleearth el recorrido que hiciste de camino a Jpn. Si lo piensas, es demasiado, ¿pero para qué?; quizás lo que necesitas es pensarlo con otra parte del cerebro, con esa que dicen que no se usa nunca.
Cuando regresas, exotérmicamente humedecido, dejando atrás los kilómetros bidiarios, levemente incrementados en cada nueva etapa, recuerdas que no compraste más bebida isotónica: en casa sólo espera el agua vulgaris a temperatura ambiente. O puede que tal vez...

1 comentario:
Sandía fresca!!! Qué rica!!
Besitos tormentosos desde un rincón del fin de semana turolense,
Arual
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