lunes, 15 de junio de 2009

vampiros

Ya está aquí de nuevo. Puedo sentirla palpitando por mis venas, reptando peristálticamente a través de mi corriente sanguínea hasta alcanzar mi cerebro obligandome a leer su maldito plan maestro.
Esta adicción va a terminar por causarme graves problemas. Siempre de noche, buscando almas perdidas para chupar sus vidas desequilibradas... esto debería acabar. Pero no termina. Y es mejor que sea así, porque la alternativa es bastante trágica, concreta y silenciosa.
Intento convencerme de que cada uno tiene derecho a ser lo que es, naturalmente. ¿Quién es nadie para decidir si un ejemplar o toda una especie debe extinguirse? ¿O que crezca hasta destruir todo un planeta. Ellos intentan decirme que la luz es mejor que la oscuridad o que tal o cual alimento es más sano que lo que yo ingiero. Bobadas.
Sé tu mismo, te dicen cuando no sabes lo que quieres. Y cuando lo empiezas a intuir, te llaman loco o asesino; o peor, te dicen que eso "no está bien". ¿Acaso alguien sufre por mi culpa? Tal vez, pero quién puede decir que no hace sufrir? ¿O es que acaso inventé yo la darwiniana cadena alimentaria?
No, amigo, yo simplemente paso una página más en todo este lío bestselleriano, continuando mi devorar de vidas ajenas, destripando sus historias, imitando sus pulsiones, reproduciendo sus manías y ampliando sus extravagancias, siempre que todo esto me proporcione el placer inigualable y ácido de contemplar el mundo como algo nuevo cada día.
Y no voy a renunciar a mi banquete nocturno porque a ti te parezca incorrecto.

No hay comentarios:

Datos personales