miércoles, 11 de febrero de 2009

En-vid(i)a

Me daban ataques de envidia; episodios similares a los de AdeG, IT Crowd y The Office juntos. O peores.

Lo que más me fastidia es que nunca fui envidioso de nada; no consigo recordar algo que haya tenido una persona que me hiciera ambicionarlo. De hecho yo soy todo lo contrario, lo ajeno me repele, soy su enemigo en principio, como buen seguidor del último de la fila. Pero cuando los principios fallan, caen las imágenes que uno tiene de si mismo. Y ahora he caído... en la envidia.

Y todo por una frase de una noche robada al calendario laboral, fría, sola y tardía, que llegaba de un pasado cálido, abstracto, ajeno e irrepetible, envuelto en belleza y tristeza que no eran mías.

He de reconocer que en varios meses no pude quitármelo de la cabeza. Intenté hacerlo sin éxito, sin darme tregua; al final no pude solo; sólo tuve que sacarlo y fueron palabras ajenas, escritas como siempre, tras un "esto no es para hablarlo ahora".

Y esas mismas palabras que escuchadas herraron en mi lomo el estigma de la envidia, son las que ahora, al verlas, retuercen y estrangulan el maldito sentimiento, permitiendo que yo y mis putos principios nos ahoguemos dulcemente en una piscina esmeralda. De nuevo.

¿Que no comprendes nada? y ¿qué te hace pensar que yo si?

Muere otro día y yo lo dejo agonizar... y después de cenar, con la calma, llegan demasiado tarde las ganas de matar.

3 comentarios:

Thabitha dijo...

La envidia no siempre tiene que ser mala. Cámbiala por un sentimiento de gratitud por lo adquirido y aprendido de otra persona.
Y sino, recuerda esa frase de Edward Furlong al final de American History X (sí, yo soy una roba-frases, qué pasa?).
Salud desde la estepa de los asesinos que mueren.

tita hellen dijo...

Si la enviadia te ayuda a crecer va bien... pero como te lleve al lado oscuro, tendrás que cambiarte el nombre por Darth lo que sea y dormir en un webo kinder con escafandra... yo me lo pensaría.

Jova dijo...

No estoy segura que alguien pueda jactarse de decir que nunca en su vida ha sentido envidia, pero mientras sirva para crecer, me parece que es válido. Saludines

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