lunes, 26 de enero de 2009

Lo mejor del finde (I)

Si os apresuráis y cogéis el próximo vuelo hacia Indonesia, podéis contemplar un pedazo de eclipse anular.

Breve resumen de los mejores momentos cerveciles del fin de semana:

* Nuevo Look: más que un momento se puede considerar un sumatorio de los mismos, porque fue una constante a lo largo de las horas que pasé por los bares. Me miran. Mucho. El récord fue la morena del primer bar, que estaba sentada en un taburete de la barra y no dejaba de echarme miraditas y atusarse la melena. Bueno, o tal vez contemplaba el gotelé de la pared que había detrás de mi. La media de "looks to my look" era 2 por chica, incluso las que pasaban a mi lado. Y algunos tíos también caían en el "efecto agresivo", pero pocos; gracias a Doug esta vez no tuve ningún enfrentamiento con machos alfa. Las cajeras del hiper es muestran comunicativas, aunque tal vez sea por otra razón.

* Paranoia del finde: Complejo de S.Valentín o de Isabel Gemio transformada: arreglo y fomento relaciones con problemas; algunos ejemplos concretos:
  • A me presentó a un colega suyo como el tipo que hizo que se ligara con su actual novio. También me adjetivó como friki, cosa que la salvó (eso y que no llevaba mi lightsaber)
  • D, mientras bañaba a su cabezoncico vástago de 1 mes de edad le decía que yo fui el que le presentó a su actual mujer,y que gracias a mi, él ahora existía. A cambio yo le dije al pekeñuelo que le contaría cómo era realmente su padre y todas las burradas que hizo conmigo por los bares de la ciudad (incluidos bailes chungos a lo hindi, vasos de vino de un trago y una fuga suya de la escollera hacia una disco donde ligó con una lugareña)
  • Al entrar al bar había en la puerta una parejilla dudando si entrar o no; él dijo que si; ella espetó muy de morros "que conste que nunca tomas en cuenta mi opinión". Fue plantarme ahí y al rato se fueron super sonrientes. Los cubatas que se bebieron pudieron influir también en la mejora de su estado relacional.
  • Lo confieso: yo generé el vórtice inesperado en la esquina izquierda del bar, que ahora llamamos el núcleo del amor. En él se dan escenas de sexo salvaje de negritas rasuradas, comienzan relaciones de Jan Solos y Solitarios y cualquiera se revoluciona hormonalmente si pone la patica en él. Cuidado, algún conocido ha intentado besarme allí. Lo evito.
  • S, la camarera japonesa del bar, consiguió rehacer su vida con el anónimo de las flores, justo cuando le pedí que se casara conmigo. Si es que no tengo remedio...




Bad Things- Sookie and Bill

4 comentarios:

despiste genético dijo...

Ja, ja, un "cuentista" practica sexo con las palabras, el cunilingus es un poema y de lo cotidiano hace una aventura..., como si hubiera estado allí, bonita industria textil.

tita hellen dijo...

Jodo...

A quien se le ocurre pedirle madimonio a la chavala tan pronto? Ains... XDDD

Antígona dijo...

Hace un tiempo mantuvimos una discusión sobre el miedo. Yo decía que, para mí, todo miedo era miedo a perder. Hoy he encontrado un poema que lo expresa mucho mejor que cualquier explicación:

"Ambigüedad de la catástrofe"

Lo había perdido todo:
amor, familia, bienes, esperanzas.
Y se decía casi sin tristeza:
¿no es hermoso, por fin, vivir sin miedo?

(Ángel González, de Nada grave)

Al verlo me he acordado de nuestra discusión y por eso te lo dejo.

A ver si en breve me reincorporo a estos mundos virtuales...

Cuídate y besos, compañero!

Neo dijo...

@Despiste: yo soy un cuentista de numeritos; que son todavía más de fiar que los números (con los que puedes contar)

@tita: lo del madimonio de S es una larga historia, y debe ser contada en otro momendo. adioz pinceza.

@anti: recuerdo perfectamente nuestra conversación; y debo decirte que, en tu ausencia, el miedo volvió y luego se fue... ya ves. Se te echa de menos.

Datos personales