martes, 21 de julio de 2009

Rutas Salvajes


Me dices que ordene mi vida, aunque sabes que soy experto en complicarlo todo; y yo a veces pienso que somos personajes de esa novela de Saramago en que la gente se infecta con el virus de la ceguera.
Creo que soy capaz de ver la belleza del núcleo de las cosas; explorar la sencillez y adivinar el milagro de la esencia; soy bueno dejando atrás la superficie y la simpleza que todos ven. Pero eso también me hace perderme y es entonces cuando, a veces, pido ayuda.

Pero mi nuevo orden o mi supuesta calma no se basan en simplificar ecuaciones de forma tramposa eliminando incógnitas a golpe de goma de borrar enriquecida en plutonio; sería como si estás enfermo con fiebre en la cama y te cortan un brazo con una motosierra para que tengas menos cosas que te duelan. Y encima no te dan anestesia ni una simple aspirina.
Y en medio de esa sangría gore propia de La Matanza de Texas 2, piensas que precisamente, tal vez sin el brazo no tenga fuerzas para levantarte de la cama para pedir ayuda por teléfono o para bajar a la farmacia a por medicina... y encima además de jarabe y paracetamol, ahora necesitas vendas, unas cuantas bolsas de sangre, 100g de morfina y un buen cirujano que te recomponga.
Esto no va de animarme y empujarme a hacer algo de lo que todavía no estoy convencido y, sobre todo, de lo que no tengo nada claro, ni siquiera el primer paso de una larga caminata infinita...

Yo quisiera haber sabido qué sentirían ciertas personas (que me importan mucho) si yo me fuera para siempre; quisiera haberles intentado explicar qué es lo que buscaría ahí fuera (si me marchara) y qué no. Y quisiera haberlo hablado con quienes alguna vez han sentido el impulso de irse lejos, abandonarlo todo a lo Alex Supertramp en su viaje a Alaska. Dentro de mi locura, todavía conservo un poco de racionalidad como para pensar bien un paso tan decisivo.

Lo importante de todo esto es que creo que nunca podría iniciar mi viaje sin ayuda y orientación de ciertas personas, las que más quiero, las que más me pueden llegar a comprender. Y lo peor de todo es no saber explicarlo bien o no poder hacerlo nunca.

No hay comentarios:

Datos personales