domingo, 26 de abril de 2009

En el alambre


La noche trae frío, viento, lluvia y relámpagos que decoran el escenario instalado en el horizonte.
A veces te encaminas hacia lo que no tienes, esperando encontrar una porción de vida,
un instante de brillo feroz que te confirme que esto merece la pena.
Cuando descubres que en realidad eres un funambulista, sabes lo que ya intuías: nunca podrás descansar en la firmeza del suelo por donde todo el mundo camina en su rutina consecutiva y fría.
Entonces, hay un intervalo de tiempo en el que todo parece más complicado; entiendes que no hay razones que conduzcan hacia lo que más deseas.

La tormenta ruge y muestra todo su poder, intimidando a todos y a todo, menos a ti. Su electricidad te atrae inexorable, con la gravedad de un sol oscuro.
Desde abajo, te dicen que puedes caerte y morir, y tú te ríes porque sabes que los que son como tú no viven si no pueden caer. Y cada día, vas a por lo más alto, lo más brillante y lo más eterno: aquello que sabes que nunca se marchará.

1 comentario:

Gata Vagabunda dijo...

Oooooh... ¿pero has visto "Man on Wire", entonces? ¡qué suerte!

Besos, equilibrista!

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