Mi viaje se plantea inmenso de precariedades, entre otras cosas en el apartado alimenticio, por lo que decido comprar vitaminas encapsuladas. No soy nada amigo de pastillas o medicamentos, pero tiro para una de esas ecotiendas donde se supone que compras productos un poco más naturales. Llego, entro e investigo un poco. Pregunto al tipo ese que se parece a Banky Edwards; saca un frasco de una marca americana - son las mejores, a pesar de ser yankies - me dice, mientras yo me contengo la risa al pensar en Jay y Bob el Silencioso cogiendo un autobus para ir a Shermer a vender maría. Pero no hay ningún Shermer en Illinois y definitivamente las pelis son una mierda y John Hughes un cabronazo. Pero Banky me cae bien porque hace bromas antiamericanas y yo le digo que si una barrita energética de multicereales biológicos equivale a un pollo frito y él se ríe y dice que si, y con patatas.Al llegar a casa, abro el frasco y veo que son unas pastillas gigantescas, con forma de romboedro de aristas redondeadas y de color amarillo anaranjado fosforito (posteriormente verificaría que ese color tintaría completamente mi agüita amarilla y podría ser reconocido en la nocturnidad de cualquier campo suizo en el que se me ocurriera hacer mis necesidades menores).
Dios mío, son enormes y creo que voy a morir de un ataque multivitamínico, multioligoeleméntico y mineralizado. Una de estas cosas se quedará atravesada en mi garganta y tendrán que hacerme una laringotomía de emergencia con un bolígrafo bic cristal!!Pero no. No pasa nada. Puedo tragar más de lo que imaginaba. Y en el fondo, supongo que si me lo vende un personaje de Kevin Smith y me hace mear fosforito, debe ser bueno.









