sábado, 29 de agosto de 2009

Alveolar


Hay quien dice que en la vida se nos enseña a esperar la felicidad, como si de niños hubiéramos aprendido miméticamente a comprar boletos de sorteos navideños que indefectiblemente tocan a otros; nunca se nos dice qué hacer cuando no llega: no tenemos plan B alternativo a la felicidad.
Creo que, cuando llegue el momento, enseñaré que no hay que esperar ciertas cosas porque en su esencia está el movimiento, el viaje a fin de cuentas.

La mediocridad estadística y burguesa en la que vivimos compartiendo Zeitgeist, con subrutinas más o menos flexibles como FROM trabajo TO centro comercial, FROM lunes TO viernes, RETURN... es un escenario idóneo para comprar boletos de lotería en lugar de esos billetes de avión de 2000 euros que sirven para dar la vuelta al mundo durante un año.

Me detengo un instante y cierro los ojos para verlo todo un poco más oscuro; puedo notar todos y cada uno de mis 700 millones de divertículos alveolares intercambiando oxígeno ansiosamente mientras pienso que nunca en mi vida he comprado lotería o he ido al bingo y, lo más importante y que me deja expuesto a mi diaria dosis de psicolepsia emocional: quedo micromolecular y universalmente sobrecogido bajo el sentimiento de ser un experto en planes B, C, D, E ...

1 comentario:

Mae dijo...

Tienes mucha razón!!
Es cierto que la felicidad, o llega, o no llega, pero no hay plan alternativo a ella... O si, el conformismo!!
Todos nacemos sabiendo que lo que nos toque es lo que nos corresponde, y bueno, tampoco se si eso es del todo correcto.
En fin, cuando aprendas a realizar planes B,C, D... Avísa que quiero ser tu alumna!
Un beso.

Datos personales