jueves, 18 de septiembre de 2008

Pruebas de Vida

Cierro la puerta de casa y bajo las escaleras con el riesgo de caerme de sueño. Abajo, en el portal, están mis vecinas de cháchara. Me pregunto si se levantan a las 5 de la mañana para empezar con sus cotilleos cuanto antes...

- Hombre, N, ya vives?
- Si, M, claro que si! - sonrío con la felicidad que da la ensoñación matutina.
- Pues yo pensaba que te habías muerto.
- Pero qué cosas dices, M, ay! cómo eres!

Me paro a pensar en la mini conversación vecinal y mañanera. Tengo la tensa convicción de que la gente que menos te conoce te puede decir las mayores verdades sobre ti. Quizás no sean adivinos, claro, pero al menos pueden darte en los puntos débiles que los más cercanos tienen inaccesible, porque tú sabes que te conocen tanto, que tienes todos los escudos deflectores orientados hacia ellos.

Tengo ganas de volver a encontrar a mi vecina y enseñarle mis pequeñas chuletas de apuntes diarios que tomo cuando me llega la inspiración de alguna idea más o menos tonta. Esto son las pruebas de que estoy vivo, M, - le diré con una sonrisa de atardecer.


Emilio Botín y su botica anticrisis (El Intermedio)

No hay comentarios:

Datos personales