lunes, 15 de septiembre de 2008

Compañía y Sonrisas para un lunes

* A veces tengo la firme sensación de que con la compañía adecuada puedes sentirte caliente en una cueva de los montes Urales, bajo una infernal tormenta de hielo que sonríe afuera con su brillante dentadura de marfil. Sin ciertas personas ocurre en cambio que sólo el mencionar la palabra frío puede dejarte helado en el agosto más cálido de las últimas tres décadas, como ese en el que murieron miles de ancianos en Francia y tú no parabas de tomar helados para no deshidratarte. Creo que Hartley no iba desencaminado cuando uno de sus flirteantes obreros alemanes exponía que el medio no influye en nuestras decisiones -siempre que tengamos un mínimo de capacidad para ser nosotros mismos. El "impulso" mediático que nos rodea tiene mil direcciones y sentidos y podríamos usarlo como excusa, pero sería simplemente eso. Lo importante de verdad no es lo que te pasa, si no con quién; y sobre todo, las ganas que tienes de que pase algo. El mundo está vivo, a pesar de que te hayas confundido al elegir las entradas para la peli que pensabas sería perfecta: la peli se convierte en perfecta cuando estás con alguien que no es perfecto, pero como si lo fuera. El mundo está vivo, ven, desde aquí se ve el mundo vivo y perfecto.

* ¿Quién soy yo para ir quitando sonrisas por ahí, aunque sean pintadas con cigarrillos tranquilizantes o alcohol adulterado? ¿Quién soy para tocar heridas que duermen la siesta en un día sin noche? Yo no soy nada, y el pensar eso ya es un alivio, pero pienso; y veo que la superficie más azul es la que a la vez esconde las más densas profundidades oscuras y no seré yo quien de la vuelta al océano, pero de alguna manera tengo que decir que lo pienso, que cuando río conozco los 10.000 al día que no reirán y cuando bromeo sé de los millones de rostros serios hacia dentro que me rodean. Doy mil millones de risas y alguna pena, qué le vamos a hacer, si sólo intento ser un poco más completo, a mi manera.


Ya ves (Ismael Serrano)

1 comentario:

Anónimo dijo...

No hay duda que la compañía es casi más importante que el lugar donde te encuentres.
Un abrazo!

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