miércoles, 24 de septiembre de 2008

Distorsiones

* N, deberías ver el telediario deportivo de la noche, de esa forma podrías tener conversaciones normales. Me pregunto si quiero tener ese tipo de conversaciones. Lo pienso durante 2 nanosegundos. "No he visto más que un minuto de los JJOO porque lo estaban poniendo en un bar mientras tomaba cañas" - risas-
Yo si, y si hubiera podido habría visto más, hasta esos deportes tan extraños como el esgrima. Pienso si se dice él o la, pero no lo digo. Casi caigo en adoptar el modo unidimensional, pero me niego. No van a poder conmigo. Que le den por el culo a la gente lineal! - ellos siguen...
Si, además por la tele daban reportajes acerca de China, la Muralla, unos paisajes de montañas enormes, lagos cristalinos... era muy bonito y China, China es muy pero que muy grande.
No será para tanto.
Que si. Pues yo creo que está sobredimensionada en la mente de la gente y en los mapamundis. África es el doble de grande y esta menospreciada, sólo por estar en el sur.

Explico la proyección de Peters y me creen, pero no porque se fíen de mi, si no porque lo digo con tanta naturalidad que les aplasta. Me apuesto con mi colega un intercambio familio-laboral a que África es el doble de grande que China. Está claro que yo tengo una visión del Mundo distorsionada, pero la gente normal también. La diferencia es que yo lo sé.

* Tumbado en la hierba, me dejo llevar con la mirada por las altas nubes ligeramente difuminadas por una brisa imperceptible. El azul debería ser relajante, pero al ser el color corporativo de mi empresa, me recuerda logos y salas forradas de un color cielo artificial. Eso anula el poder tranquilizante de una tarde de otoño, pero sólo los primeros 10 minutos. Luego voy distinguiendo formas pareidólicas en las nubes, estelas de aviones que adivino cargados de ejecutivos ejecutores, modelos de la Madrid Fashion Week y tal vez alguna azafata enamorada.
Tras el tiempo de rigor para redescubrir el sentido del azul del cielo, giro la cabeza 90º hacia mi izquierda y desde abajo comienza a llenar mi campo de visión un verde infinitamente acentuado por mis gafas de sol. Es tan intenso este color, tan reconfortante y prometedor... pero cada día que hago este pequeño ritual del cambio de azul a verde, siempre espero que, por fin, un rostro de boca sonriente y ojos cerrados me oculte el exagerado tono de la hierba del parque. No será en esta ocasión, tampoco, pero será. Sé.

Hoy está nublado y aparco en un paseo apenas transitado. Leo el libro que quise y escucho la música que me ha querido. A mi espalda dejo el ruido de los autos, casi imperceptible bajo mi banda sonora impregnante. Leo y me fundo en varias historias de personajes ficticios. Con la visión periférica detecto los movimientos y juego a adivinar el rostro de las personas que pasan caminando o en bicicleta por delante de mi. Esta podría ser una buena foto de mi realidad y mi ficción.



Not Here (Polvorosa)

1 comentario:

Thabitha dijo...

¿Quién quiere tener conversaciones normales? Y ¿quién califica una conversación como normal? Yo quiero tener conversaciones interesantes; la normalidad de ellas me da igual. Y para eso, los JJOO no me sirven.
Viene bien alejarse del ruido para escucharse uno mismo ¿verdad? y para redescubrir los colores de la vida.
Saludos

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