miércoles, 5 de noviembre de 2008

loco

* Hoy me han mirado como si estuviera chalado. 2 veces.

- Pues iba a toda pastilla con el coche, por esa recta cuesta abajo, con todo el asfalto mojado y sin más coches a la vista que un camión que estaba girando en la rotonda hacia la que me dirigía cuando he frenado en seco, clavando el pedal hasta el fondo. Es una maravilla cómo frena este coche; no se ha desviado ni un centímetro ni ha hecho un extraño. Nada, todo perfecto. Eso si, el conductor del camión me ha mirado y en su cara se intuía "está loco".
- joder, tío es que estás loco!! bueno, te contaba antes que... (bla bla bla)

(si me hubieras dejado continuar, habría dicho que estaba haciendo pruebas para ver si bajo estas circunstancias tan adversas, los neumáticos que ya tienen más de 40,000 km, siguen agarrando como deberían. Te habrías enterado de que puede parecer loco y estúpido lo que he hecho, pero que sólo ha sido un experimento sin riesgo para saber si viajo seguro o me estoy jugando la vida. Ojalá no te creas tan sabio y no necesites nunca haber escuchado esto que no te he dicho)


* Alguien debería decirme que baje, que estoy demasiado alto y que hay poco oxígeno como para seguir respirando tan profundamente. A mi me da igual, porque acabo de ser consciente de cuál es El Truco. ¿Quieres saberlo? hmmm
Lo cierto es que acabo de aprender de golpe varios y he intuido otros tantos.

1º) He visto que los miedos se pueden ver venir desde dentro con tiempo suficiente como para señalarlos y que sean abatidos por la luz de la razón. Pero hay que estar atentos y no volver la mirada; si no se les da importancia, se corre el riesgo de que se junten y preparen emboscadas a traición.

2º) Mis miedos no son míos realmente; crecen absorbiendo energía de la unión con otras personas, y sólo tirando del fino hilo por el que se deslizan se puede llegar a encontrarlos. Tampoco se puede terminar con ellos sólo. Al menos no totalmente; para conseguirlo se necesita quererlo desde ambos extremos de su virtual trayectoria. Atacar donde nacen y hacia donde se dirigen, y entenderlos. Los miedos pequeños son como perritos falderos que sólo quieren un poco de atención y enseguida se vuelven mansos.

3º) y tal vez lo más importante de todo y en lo que voy a centrar mis energías es en aplicar la teoría de unir pensamiento y sentimiento. Creo que estaba equivocado hasta ahora al intentar dejar de pensar; lo que he intuído es que el pensamiento debe servir para traducir el caudal enorme de sentimientos; un río que no debe ser frenado, ni siquiera controlado o canalizado... tal vez lo único que necesite es ser comprendido y expresado. He estado traduciendo varios sentimientos pasados, recordándolos mientras escuchaba tu música. Eso me ha llevado muy muy alto. Bájame. Gracias.


Mer du Japon (Air)

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